En definitiva, lo que más me gusta de todo esto es el momento donde vengo por Vicente López, como yendo para Ezpeleta, pongo giro a la derecha y meto la diagonal en Otto Bemberg. Estaciono y arranco por la paralela de la avenida. Hermoso. Creo que esa es la transferencia que nos queda, realmente.
Imaginá perderte la sensación de estar parados en la esquina del barrio, frente a la gomería, y ver que se va juntando la ganga. Todos, pero todos, por lo mismo. Después tenés el que ya va resignado, el ilusionado porque somo’ quilme’, aquellos que van llegando por primera vez, y nosotros, que estamos por esto. Por la transferencia por los colores. Por escuchar de Guido y Sarmiento, de Rosario, de la vuelta del Máquina en Chicago, Mauricio López, de las finales perdidas…
Me encanta esta oportunidad de poder decir esto y que quede. Que esté ahí. Que, por ahí, algún noventero como yo me entienda el mambo y podamos disfrutar ese momentito en los que uno dice «que lindo es ser de Quilmes«. Aunque ya lo dijo algún pincha -a quienes no odio, perdón pero no- hace mucho tiempo: «a la gloria no se llega por un camino de rosas». Y sí; no todo es color de rosa.
Estamos en octubre del 2024 y corrió agua bajo este puente. Hubo y habrá tiempo de análisis. De hablar del equipo, de los entrenadores, del manager, del presidente y del balance anual que uno siempre hace en la vida, y el club es una pata demasiado importante como para sacarle el ojo de encima. Hay que cuidar a la vieja, los amigos y al club, siempre. Por eso, y volviendo al décimo mes del año, es momento de decir «ya fue loco, me embarco en esta ilusión y que se vayan todos a cagar». Porque sí. Porque hay momentos de disputar, de mantenerse al margen y de bancar los trapos.
Ya no importa qué espero del lateral por derecha, del volante central, del diez o del nueve. Solo me importa que pase lo que todos queremos y que el destino -sea lo que sea- nos deposite en el lugar del cual somos justos merecedores de una plaza. Si. Quilmes es un club de Primera División por muchas cuestiones, que hoy no serán debatidas, y me lo lloran todas.
