En uno de los peores -sino el peor- partido de la Era Rondina, Quilmes se quedó eliminado del reducido y seguirá otro año en este infierno llamado Nacional B.
Ni el apoyo del partido en el Centenario, ni el banderazo bajo 32° de temperatura ni haber jugado, quizás, uno de los mejores partidos del año en la ida, alcanzaron para seguir ilusionados de cara al ascenso. El equipo no dio la cara y perdió 1 a 0 con Nueva Chicago en Mataderos. Imprecisiones, nerviosismo, expulsados y distracciones nos dejan un año más en esta categoría.
Quilmes repitió el equipo que había igualado 0 a 0 como local en la ida de los cuartos de final del Reducido. Sin embargo, el ímpetu y dominio que mostró en aquel partido, fue una utopía al terminar el primer tiempo. Llegadas sin peligro y la más clara para el local fue el resumen de 45 minutos regalados por el equipo de Rondina. Sin embargo, lo peor estaba por llegar…
El complemento fue un cachetazo al instante. En 2 minutos Quilmes ya perdía 1-0 y en 17 tenía dos expulsados (a esa altura, también uno el local). De ahí en más, faltó personalidad. Fallaron los referentes y entraron los juveniles. El equipo no estuvo a la altura de la gente, ni de la instancia. Otro año más en la nefasta segunda categoría del fútbol argentino, por culpa del mismísimo Quilmes. Nadie más es responsable.